La regularización catastral es un procedimiento administrativo que tiene como objetivo incorporar al Catastro Inmobiliario los bienes inmuebles que no se encuentran correctamente representados en la cartografía catastral. Este procedimiento puede ser iniciado por la Administración, por el propietario o por un tercero interesado.
En el caso de la medición para la regularización catastral, el técnico encargado de realizar los trabajos de medición debe seguir las directrices establecidas por el Catastro Inmobiliario. Estas directrices incluyen la utilización de métodos y equipos de medición adecuados, la recogida de información sobre los límites de la propiedad y la elaboración de un informe técnico que recoja los resultados de los trabajos.
En el caso de la medición para la regularización catastral, el técnico encargado de realizar los trabajos de medición debe seguir las directrices establecidas por el Catastro Inmobiliario. Estas directrices incluyen la utilización de métodos y equipos de medición adecuados, la recogida de información sobre los límites de la propiedad y la elaboración de un informe técnico que recoja los resultados de los trabajos.
El informe técnico elaborado por el técnico encargado de la medición debe ser presentado ante el Catastro Inmobiliario, que se encargará de evaluarlo y, en caso de que sea favorable, de proceder a la actualización de la información catastral de la propiedad.
Los principales beneficios de la medición para la regularización catastral son:
En el caso de la compraventa de terrenos, la medición para la regularización catastral es especialmente importante, ya que permite al comprador conocer la superficie real de la finca, lo que es fundamental para determinar el precio de compra.
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